martes, 19 de febrero de 2013

DOS ENERGÍAS UNIVERSALES

Todo en el universo vibra con dos energías opuestas  y a la vez complementarias. Por un lado la energía Ying, que es una energía de expansión, dispersión, apertura; de vibración y efecto muy rápidos. Se trata de una energía volátil y superficial que actúa primeramente en la parte superior del cuerpo, y cuyo movimiento es centrífugo (de dentro hacia afuera). Es la energía que ofrece la Madre Tierra (las plantas crecen hacia arriba y hacia afuera, en un movimiento expansivo).
Por otro lado tenemos la energía Yang. Es una energía de contracción, cierre, condensación, acumulación; de vibración y efecto lentos. Su movimiento es centrípeto (de fuera hacia dentro) y es la energía que recibimos del universo.
El conocimiento reflexivo y consciente de estas dos energías puede ayudarnos a conseguir equilibrio tanto en nuestra interior como en todo lo que nos rodea.
Todo se contrae y expande; todo es Ying y es Yang y podemos apreciarlo en...
 
 
Nuestro cuerpo. Las funciones vitales contienen estas dos energías de contracción y expansión: en el corazón, el movimiento rítmico sístolediástole; en los órganos digestivos, el movimiento peristáltico de contracción y dilatación; en la respiración, el movimiento de espiración-inspiración...
Nacemos pequeños, densos (Yang), y poco a poco nos vamos expandiendo, creciendo (Ying), hasta llegar a la estatura máxima y luego, con la vejez, volvemos de nuevo a cerrarnos, condensarnos (Yang).
 
 
En la naturaleza. Un árbol tiene la parte de concentración (raíces) y la parte de expansión (tronco, ramas); la Madre Tierra, su parte seca (Yang) y su parte líquida (Ying), el día (actividad Yang) y la noche (pasividad Ying).
 
 
Las 24 horas del día. Cuando dormimos estamos en posición horizontal, nos nutrimos y nos regeneramos con la energía de la Tierra (energía Ying). En cambio, desde que nos levantamos estamos en posición vertical y nos nutrimos principalmente de la energía del universo (energía Yang).
 
 
Los climas y las estaciones. Un clima caluroso y seco es Yang, mientras que un clima frío y húmedo es Ying.
 
 
Nuestras emociones. A veces estamos más hiperactivos, agresivos, críticos, mateerialistas, introvertidos y con ideas fijas (Yang), en tanto que otras veces estamos más lentos, pasivos, con falta de concentración y emociones muy volátiles, depresivos y con falta de control en nuestras vidas (Ying).
 
 
Los movimientos en espiral. Cuando estas dos energía se encuentran (polos opuestos con diferentes direcciones, centrífuga-centrípeta, se produce un movimiento de energía en espiral que fluye, dinámico y vital.
Así, en la naturaleza vemos la forma espiral en el mapa del tiempo (un tornado, formaciones de nubes, etc.); en las galaxias y agrupaciones de estrellas; en la forma en que un bebé se encuentra en el vientre materno; en las huellas digitales y en los órganos (intestinos...); etcétera.
 
Si podemos reconocer estas dos energías a todos los niveles de nuestra vida, podremos equilibrarlas y encontrar nuestro propio grado de paz y armonía. En la vida todo se puede transformar si realmente existe claridad y propósito, y lo deseamos de corazón.
 
Así el gusano, encerrado en su propio escondite, sin libertad al principio, irá poco a poco transformándose; puede que los cambios dramáticos ocurran sin que nadie los vea, pero lentamente irá conviertiéndose en una bonita mariposa con las alas para disfrutar de la vida, de la naturaleza y de la libertad.
También nosotros podemos transformarnos a todos los niveles de nuestro ser y dejar atrás ataduras energéticas que ya no necesitamos.
 
 En primer lugar, entendiendo de qué forma nos hemos generado la condición que tenemos (si estamos perdidos en una gran ciudad y deseamos ir a un determinado punto, ants deberemos saber dónde nos encontramos, tener un punto de referencia).
 
En segundo lugar, intentando reducir o evitar las energías extremas que generarán efectos extremos en nuestro ser.
 
Y, en tercer lugar, intentando generar la energía que deseamos a todos los niveles: en la cocina, en el trabajo, en los hobbies, en la forma de pensar, vivir, sentir, etc.
                      
                                          Alquimia en la cocina, Montse Bradford