En cada principio hay una oportunidad. Nace el día con todas sus promesas y
posibilidades, y lo miramos con desconfianza pero también voluntariosos: vamos
a ponerle ganas, a intentar hacerlo bien, o simplemente algo mejor. Los momentos
de instrospección nos han dado perspectiva. La vida puede no ser larga pero es ancha y se
deja transitar. Podríamos aprovechar el impulso de la nueva energía para
llevar los sueños a un terreno fructífero, para mover algo y sentirnos un poco
más a gusto. A cada momento surge una ocasión.
Empezar no es fácil. Implica movimiento,
ilusión, esperanza y posibilidad de evolución y renovación tanto como esfuerzo,
energía, realismo y planificación. Hay que sentar las bases sobre las que alzar
un edificio, de ello depende su estabilidad, y trabajar para que lo que bien
empieza no se tuerza.
Cuidando los primeros pasos, tratando
únicamente de poner un pie detrás de otro, se emprende el camino. No se puede
saber todavía adónde puede llevar pero sí la dirección que le hemos dado, hacia
dónde miramos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario